• Asegurar un espacio o lugar de la casa una mesa y silla cómoda.
  • Evitar el uso de la cama para estudiar.
  • Verificar que tenga todos los materiales necesarios.
  • Acompañarlo regularmente a verificar si tiene las tareas escritas, si sabe qué tiene que hacer.
  • Acordar un horario para estudiar. Preferiblemente el mismo todos los días.
  • Fijar un tiempo de estudio y verificar si lo puede cumplir o no. Cuando haya pasado ese tiempo, hacer preguntas sobre el contenido estudiado, si lo domina: felicitar. Si no lo domina, preguntar si sabe dónde está su dificultad. Ofrecer ayuda. Si no la acepta es conveniente no insistir. Sugerir un descanso y recomendar otra técnica de estudio.
  • Evitar entrar en conflicto o discusión con el niño (a) por no haber cumplido con la meta y, más aún, evitar recurrir a castigos.
  • Considerar que los periodos de estudio en el hogar deben sumar como máximo 1 hora.
  • Recordar que el niño (a) también debe jugar, es conveniente que sea después de haber cumplido con sus estudios o tareas.
  • Resulta muy interesante para el niño, buscar en variadas fuentes de información que complementen el libro de texto.
  • El niño puede realizar la tarea sin su ayuda. Si la reclama, puede ser que necesita de su compañía.
  • Algunos niños estudian mejor acompañados que solos.
  • El estudio con otros mejora los resultados.