La sociedad de hoy, reclama personas creativas, capaces de desempeñarse con eficiencia frente a los cambios que ella le impone. Es muy importante estimular para la creatividad. El niño es naturalmente creativo, lo demuestra en forma permanente en las resoluciones que busca mientras juega. Proponemos continuar por el sendero de la propia búsqueda y no por la repetición de modelos que pueden ser muy interesantes para los adultos, pero que para el niño no tiene sentido.

¿Qué tiene sentido para un niño?

Es probable que tenga sentido aquello que le preocupa, que le gusta, que necesita…
Lo cierto es que el adulto está a una gran distancia de saberlo con certeza.

Podemos conocerlo a través de sus producciones libres, de lenguaje, en el juego, en las actividades manuales y de expresión plástica, entre otros.

La obra del niño es única.

Es el resultado del encuentro del niño con los materiales. Es el inicio de un proceso de contacto, exploración, manipulación, experimentación, conocimiento y ejercitación que se da a través de impresiones sensoriales.

El niño juega y descubre variadas texturas, distintos materiales, formas y colores. Plasticina, esponjas, maderas, semillas, granos, telas, papeles, nylon, crayones, dry-pen , pinturas, papeles, cartones, nylon ,hilos, lanas, etc. van siendo utilizados por el niño. La mano del niño se va entrenando y fortaleciendo con el uso de pinceles, punzones, tijeras, hisopos, sellos, cables; herramientas que irá incorporando para realizar sus trabajos. El niño realiza su obra en diferentes lugares: en el piso, en las paredes destinadas para ello, en mesas.

Es necesario asignar diariamente un lugar a la Expresión Plástica en el Jardin de Infantes, porque le da placer, lo motiva, le interesa, responde a su curiosidad, a su necesidad de manipular.

La Expresión Plástica es fuente de aprendizajes y de oportunidades para conocer más al niño y para que el niño conozca “haciendo”.

Es un medio muy útil para que descargue sus tensiones emocionales, canalice sus necesidades afectivas, exprese sus estados de ánimo y sensibilidad.

Permite reconocer sus intereses y preferencias estéticas, sus destrezas motoras y detectar sus dificultades.

De la mancha al dibujo de una figura humana, de la casualidad a la intención, del trazo de la mano al del pincel, queda pautado un proceso personal de maduración y desarrollo que el ambiente puede favorecer, dándole oportunidades de “hacer” solo o con otros niños, pero “hacer”.

La producción del niño responde a una vivencia determinada, a un momento de su vida que está condicionado por sus intereses, emociones, particulares curiosidades, estados de ánimo, etc.

El niño estará siempre orgulloso de su obra y la exhibirá con alegría. Esa alegría se genera tanto durante el proceso de trabajo como en el resultado final, en todo caso es resultado de un esfuerzo y de una generosa entrega de su mundo interior.

Es conveniente observar la obra y reconocer en ella los elementos nuevos que van apareciendo. No interpretamos la obra, la valoramos para poder continuar estimulando los procesos.

Recordemos que la felicitación, la admiración, el reconocimiento, son herramientas muy eficientes para construir una personalidad segura, autoestima, deseo de repetir la experiencia.

Proponemos:

Cuidado por lo estético sin tocar la obra del niño.
Preparación creativa de los materiales que ofrecemos a los niños.
Máxima exigencia en el cumplimiento de procedimientos enseñados (estas son oportunidades de trabajar los hábitos personales y sociales).
Observar y corregir el uso de las diferentes herramientas que le ofrezcamos.
Utilizar diferentes soportes para que el niño trabaje.
Trabajar en diferentes espacios, no sólo en el aula o en el taller.

* Propuestas de expresión libre con variadas y renovadas técnicas y materiales.
* Aprovechamiento de material de desecho.
* Dejar “jugar” libremente con los materiales.
* Ejercitar la mano con diferentes materiales y propuestas que le den fuerza motriz.

La obra del niño debe salir de él. Esa es la dirección que debemos asegurar para que tenga valor. Jamás tocar ni retocar…siempre valorar sus logros.

“La mejor forma de captar la imaginación de los niños es…dejarla en libertad”

 

Mag. Zózima González
Dirección General
Colegio Jean Piaget